Los ojos de Winni Tinuviel
brillaban con la alegría de una travesura recién realizada, su esposa Erin
Evergreen lo pudo ver desde el instante en que este entró a la sala.
Era una tarde de de finales de la dríada en Petro. Hacía
calor y siquiera la visita de su querido
padrino había sido razón suficiente para que el remolón de Cathadryaril no se acurrucara cual un gatito en el sofá
para dormir su siesta.
Lerethian había llegado con
noticias; mañana regresarían de su último peregrinaje Camyl y Oddo. Winni
había decidido que eso merecía ser festejado y había jalado a su mejor amigo a
las calles de la ciudad en busca de “algo delicioso”.
Ahora regresaba, con un paquete en las manos y una sonrisa
gamberra en el rostro.
-Es tarta de manzana y miel-dijo colocándola sobre la mesita
ratona-La que a Cathadryaril le gusta
-Así es. Tiene un paladar muy refinado nuestro
pequeño-admitió sonriendo entre divertida y enternecida Erin, mientras se
acercaba a su durmiente hijo para depositar un suave beso en su cabello y
acariciar dulcemente su mejilla-¿Y Lerethian?-apuntó después, aunque ya se
sospechaba por donde podía ir la respuesta
Winni rió un momento pero antes de que pudiese decir nada
una voz se hizo oír “¡Aquí!” y un mojadísimo Lerethian con cara de pocos amigos
y muchas victimas miró a Erin desde el umbral de la puerta
-Dile a mi ahijado que le amo y lo siento, pero el cabrón de
su padre se merecía la muerte
Entonces si, su marido lanzó una carcajada le besó
fugazmente en la mejilla y salió huyendo divertido por la ventana del pateo
mientras que un aun chorreante Lerethian abandonaba el portal de la casa para
seguirle.
Era una tarde de finales de la dríada en Petro. Hacía calor,
el cielo se estaba tornando en esas tonalidades anaranjadas previas al poniente
y en el patio del frente de la casa de los Tinuviel-Evergreen Winni Tinuviel,
sangre de uno de los mas nobles clanes de Galadsil por nacimiento (Quien una
vez hubo dejado su tierra natal alegando que
a Lord Ancris “Ya le patinaban las neuronas”),pero cretino insufrible por
mérito propio jalaba de las piernas de su mejor amigo arrastrándole por el
césped con movimientos sinuosos mientras cantaba a voz en cuello algo que
sonaba como una marcha militar elfica con la letra adulterada para que dijera
algo así como de cuanto le gustaba a Lerethian bañarse en el bebedero de los
cerdos
Este reía a carcajadas, los ojos cerrados, la cabeza echada
hacia atrás y cuando Erin recargándose en el alféizar de la ventana sentenció
con voz de fingida indignación
“Lerethian, infeliz ¿Qué haces con mi marido entre tus
piernas?” con un movimiento cargado de exagerado dramatismo llevó una mano a su
frente para responder “UFF no sería la primera vez….ni la última ¡Hazte a la
idea cariño!”
Y Erin rió también. Rió porque la vida daba esas treguas de calma, algunas tardes de finales la dríada en Petro.
Rió porque era joven y valiente y tenía un hijo hermoso, un marido chiflado, unos amigos incondicionales y un futuro de sueños por los cuales luchar y seguir luchando.
Rió porque Erin Evergreen era feliz y estaba decidida a poner todo de su ser para transformar ese páramo de perdición en un sitio en que no hubiese nadie que no pudiese serlo también.
Y Erin rió también. Rió porque la vida daba esas treguas de calma, algunas tardes de finales la dríada en Petro.
Rió porque era joven y valiente y tenía un hijo hermoso, un marido chiflado, unos amigos incondicionales y un futuro de sueños por los cuales luchar y seguir luchando.
Rió porque Erin Evergreen era feliz y estaba decidida a poner todo de su ser para transformar ese páramo de perdición en un sitio en que no hubiese nadie que no pudiese serlo también.
Lerethian Idraciel III, Camyl Idraciel, Oddo © Verónica
Alonso
Elwincanor-Winni-Tinuviel IV, Erin Evergreen, Cathadryaril
Tinuviel © Me
Tarta de manzanas y miel © Cathadryaril Tinuviel (¿?)
Petro, Galadsil y básicamente todo lo demás XD © Giovanni
Tavaniello
2011
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