martes, 23 de abril de 2013

~ComoElCentroDeMontevideo~


Siempre he querido vivir en París. Hermosa y eterna Paris.
Pero hoy, como en una epifanía, descubro pertenecer al centro de Montevideo.
Como una extensión de él. Pequeño, oscuro, triste, olvidable.
Tratando de ser peligroso, tratando de ser europeo.
Fracasando estrepitosamente. Siempre. Me gritan desde los charcos las titilantes luces del semáforo.

Llueve mudo y sus voces, las de ellos, me llegan como lejanos ecos. Ligeros ecos.
Contaminan el íntimo silencio de la noche  los enamorados.
No puedo afirmar si es peor la  frivolidad del correspondido o la desesperación del rechazado.
Así como ensalza a un ser el entregarse a una idea, lo reduce empero doblegarse ante una reacción química. Esclavo voluntario de los instintos.
“Patético”, es lo que se dibuja a firmes trazos en mi lengua. Pero soy muda, como la noche, como la lluvia.
Rezo a mi Dios de turno y sonrío a penas, el comprendería…comprendería
Luego te pienso, pienso en nuestras charlas infinitas flagelando la realidad entre conceptos.
No te extraño.
A ninguno.
Quisiera poder hacerlo. Ese lugar en el pecho que existe solo para clavar agujas sigue intacto.
Todo es prescindible y yo solitaria.
Muda y solitaria. Como la noche, como la lluvia. Como el centro de Montevideo.

2011

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