domingo, 21 de abril de 2013

~DespuésDeBliandor~


¡Oh! ¡El estrés!
Me deje caer de espalda sobre la mullida cama de la amplia habitación en cálidos colores pastel.  Tan elegante, refinada e innecesariamente ostentosa como lo era hoy por hoy la mía propia.
¿Cuánta gente podrían alimentar con solo vender estas costosísimas sedas en las que estaba yo ahora acostada? Y ni que hablar de la araña de oro en el techo…o el mobiliario de ébano…o…
Me revolví un poco buscando más comodidad.
Confieso, no soy afín a los lechos de la nobleza con estos colchones que parecen querer  devorarte como un maldito cieno.
Siempre he preferido y voy a preferir las firmes y macizas literas de la torre aguja-¡Mucho mejores para la columna además!-
Me froté los parpados con insistencia.
Llevaba los ojos cerrados aun antes de cruzar la puerta.
Lo reconozco una imprudencia, si, siendo que en un lugar y una situación como esta no seria realmente nada extraordinario que alguien se hubiese colado en mi recamara, esperando para asestarme un golpe fatal y yo ni enterada. Pero la jaqueca me estaba matando.
Varias noches sin poder conciliar el sueño y varios días probando a penas bocado e empezaban a hacer efecto en mi cuerpo-ya de por si débil- que reclamaba casi a voces un descanso.
…Intenté relajarme….
…Imposible….
Me llevé las manos a las sienes para masajearlas con las yemas de los dedos.
Estaba completamente agotada si, pero no podía dejar de pensar. No podía, simple y llanamente no podía…aunque a decir verdad ¿Cuándo había podido yo callar a mi mente y dejar de pensar? ¡Nunca!…quizás si tan solo, si tan solo  una vez….

La presión era demasiada. Todo estaba a punto de irse a la rejodidísima  mierda y la verdad no sabía que más podía hacer.
La sesión de la corona de Bliandor había sido más que decepcionante, frustrante.
No es que tampoco tuviese muchas esperanzas con respecto a las nociones políticas que manejaran por estos lares ¡Que alcanza ver como se encuentra hoy el continente para constatar su falta de de visión!
Pero nunca esperé tal falta de solidaridad, tal falta de compromiso, tal indiferencia hacia el dolor y el sufrimiento.
Nunca esperé de todo estos regentes HUMANOS tanta falta de HUMANIDAD.
¿Cómo pueden darse la espalda unos a otros con tanta insensibilidad? ¿Cómo se atreven a negociar inescrupulosamente con asuntos que comprometen ni mas ni menos que las vidas de cientos de miles de infintrianos?.
No es que yo me considere un santa, nada mas lejos de la realidad, mas me cuesta horrores concebir  algo tan terrible. Tan triste y terrible.
¿A nadie le importa, a nadie le preocupa, a nadie le angustia que, no solo nuestros vivos, sino que siquiera nuestros muertos puedan ya encontrar la paz? ¿Hasta que no te afecta a ti directamente solo no te inmiscuyes? ¿Es gente así la que decide el por venir de nuestra tierra?.
…¿De que  vale todo esto entonces?...
¿Vale  la pena que me comprometa a guiar a una nación que no quiere que yo le guie? ¿Vale la pena tener que aprender a amarles y enseñarles a que me amen? ¿Vale la pena enviar a mis queridísimos, a mis adorados Thora y Camál a una misión casi suicida? ¿Vale la pena ir tras la cabeza de la primera persona que en mi entera existencia me supo mirar con ojos dulces, de aquel que me obsequio mi primera sonrisa? ¿Vale la pena extinguir la llama de la vida del hombre que me ama? …¿Vale la pena renunciar a todo lo que creo, a todo lo que soy?...
A aquel híbrido anónimo y asexuado, a aquel clérigo borracho y anarquista, a aquel ratón de biblioteca rebelde y gruñón, a simplemente: Ashanttè 

¿Vales la pena todo este sacrificio, Infitria?

Siento que una sonrisa tan leve como discreta se dibuja en mi rostro.
Si, si la vales.
Aunque hoy estés podrida y corrupta hasta las raíces.
Aunque hoy seas digna solo de ser borrada del mapa.
Fueron las circunstancias las que  te convirtieron en la porquería que eres hoy y serán las circunstancias las que te hagan algo que convierta en valiosa cualquier renuncia o sacrificio, por grande que sea.
Por que ¡Ah Infintria! tu no eres estos oligarcas atornillados a sus caros asientos que han olvidado en que consiste ser lo que son.  Que es el gobernante quien debe hacer la voluntad del pueblo y no el pueblo la del gobernante.
Infintria, tu eres cada humano, cada elfo, cada gnomo, cada ser que respira en estas tierras desoladas.
Tú eres el poder, tu eres el cambio, tu eres el valor.
¡Despierta infintria! ¡Despierta! ¡Haz tu voluntad, la única verdaderamente soberana! ¡Hazte escuchar Infitria!¡Únete y unida arrasa con tu enemigo! ¡Haz tuyo lo que te pertenece! Y déjame verte germinar y florecer como la más bella de las flores.
Y entonces, entonces Infintria habrás hecho que cada lágrima y cada gota de sangre que hayan sido derramadas hayan valido la pena.
“Tengo fe en que así será…tengo fe en ti” Pensé antes de sumirme por fin en los brazos de Morfeo

Dríada del 399 DA. Orotnec, Infintria.




Thora Astrid © Verónica Alonso
Camál Mahed Mozabi © Mathías Nuñez
Ashanttè/Sylvanna © Me
Infintria y prácticamente todo lo que la compone © Giovanni Tavaniello



2009

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