lunes, 5 de agosto de 2013

~SaborAMalloryEnLasIdeas~

Tenía unos shorts de jean deshilachados, unas medias a lunares y el pelo rojo y despeinado.
Lo primero que me llamó de ella  fue que estaba tocando una vuvuzela. Desde acabado el Sudáfrica 2010 que no veía ninguna por la vuelta.

Como eran un grupo de cinco o seis muchachas solas, mis amigos decidieron acercarse.
Así que acabé enterándome que se llamaba Mallory Díaz, que era gringa pero de familia mexicana.<<“¿Mexicana en serio?No parecés ni ahí”-“Pues ya ves, si mi hermano mayor hasta se llama Carlos”>> Que le gustaban los payasos y tocar la vuvuzela, y las rimas y los “emparedados de mantequilla de maní y jalea” y los alucinógenos.

Gringas eran solo ella y una más.
Una que no me acuerdo del nombre, pero era menudita, le gustaba jugar a la psp y estaba en silla de ruedas.
En un inicio pensé que eran hermanas. Mallory hasta le decía “Sis”, pero no. Eran amigas.
“BFF”, era de hecho lo que había dicho sonriente la chica de la silla de ruedas. Mallory había puesto los ojos en blanco.

Había una de las criollas, una morocha muy linda que estaba acaparando la atención, a la que se le ocurrió sacar el tema de los novios, para variar, jóvenes histeriqueando una tarde de domingo en la rambla.

Resultó que la morocha acababa de terminar una relación de dos años, que Mallory estaba soltera y que su amiga no.
Del ex de la morocha nos enteramos que era un aparente pelotudo. Que la vieja todavía le llevaba el café con leche a la cama y que no rendía en el ámbito sexual, pero del novio de la amiga de Mallory no supimos nada más que la expresión de reprobación en la cara de esta última.

No puedo precisar debido a que, pero en un momento Mallory, que, sentada en el piso tenía la cabeza recostada contra las rodillas de su amiga, comenzó a mordisquearle las piernas.  Ésta se quejó diciéndole que aunque no la sintiera, podía verla de todos modos.
A lo que Mallory respondió con un divertido “Ok”, para después, sorpresivamente, hincar los dientes de manera suave y juguetona pero húmeda, casi sobre el muslo de la muchacha.
Al parecer en esa zona si sentía, porque casi pareció saltar de la silla.
“¡M-MALLORY!” reprochó afectada, mientras ella reía con una voz profunda y volvía a apoyar la cabeza, ahora en el regazo de la agredida.

Nuestras miradas se cruzaron  en ese momento y entonces lo supe, me dejo saberlo.
Como en la imaginación, sus dedos se hundían bajo la falda escocesa y mucho mas profundo, en un mundo de texturas cavernosas.
Como las palmas de sus manos se cerraban en torno a los menudos y firmes pechos de a momentos por encima de la ropa, de a momentos por debajo.
De lenguas y dientes y labios y arañazos y caricias, ahí mismo sobre la silla de ruedas.
Y cayendo en el suelo y rodando.
Y pasión, deseo y amor, y dulzura infinita y angustia.

Y esa nochecita primaveral post-rambla , mientras el mas vitoreado de mis amigos se iba triunfante con el tacto de la morocha en al brazo, yo, volvía a mi casa con sabor a Mallory en las ideas.

2013


Cualquier parecido con Gamzee Makara es, efectivamente, parecido con Gamzee Makara

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